El negocio de comida rápida nació hace dos años, pero ya tiene ocho locales
Pero la afluencia y la cantidad de locales no son las únicas estrellas que adornan el historial de esta empresa. También está el corto tiempo en que lograron este crecimiento: dos años.
El negocio que comenzó como un proyecto familiar de autosubsistencia fue una idea de los esposos Cecilia Sotomayor y Eugenio Pineda, quienes en el garaje de su casa abrieron el primer local. Tan solo un año después se expandieron por el norte de Quito y por el sector de San Rafael, en los valles.
Actualmente, cinco locales están en manos de la familia (tres exclusivamente son de la pareja y dos, de sus parientes) y los tres restantes han sido franquiciados. Lo hicieron porque el negocio mantiene estrategias y secretos. “Junto a los derechos de marca ofrecemos el nombre y todos los secretos”, asegura Cristina Pineda, administradora de tres locales e hija de la pareja.
La materia prima para elaborar los productos en los locales franquiciados proviene de los proveedores de la familia Pineda. El único requisito que se pone en esta franquicia es que el local que se abre no esté cerca de otro del mismo nombre.
El costo de la franquicia asciende a $7 000. Y este valor corresponde al uso de la más eficaz estrategia de ventas y posicionamiento: el boca a boca. “No tenemos una estrategia de márquetin”, asegura Eugenio Pineda, ante las insistentes observaciones de quienes se interesan por comprar en el negocio.
El microempresario asegura que en el Ecuador se venden papas fritas desde hace mucho tiempo. Por ello, para marcar la diferencia asegura que se enfocaron en la calidad. Cristina asegura que “mantienen la calidad cueste lo que cueste”. Esto se refleja en la continuidad en las ventas. “La gente sabe que hace cola para comprar algo fresco”, afirma Pineda, quien manifiesta que lo que diferencia a su sitio de otros es que el producto se prepara en el momento y no se recalienta cuando el cliente se acerca a comprar. Esto pesa en la mente de las personas que realizan extensas filas para comerse una papitas “a lo bestia” al salir del trabajo o los estudios. (DB)
La meta del negocio es llegar a otros rincones del Ecuador y mantener sus precios
El nombre del lugar, a pesar de lo que muchos pudieran pensar, no nació de la mente de un creativo de márquetin, sino más bien de una expresión popular. "Mi mamá es de Zaruma (provincia de El Oro) y allá se usa mucho la frase "a lo bestia", cuenta Cristina Pineda.
El negocio tiene como plan futuro el abrir varios locales a escala nacional y así extender la franquicia. Pero además, nuevos productos también se vislumbran dentro de los planes de la empresa. Uno de ellos tiene un nombre tan impactante como el del negocio: las "hamburbestias".
En los ocho locales se mantienen precios que, según los dueños, también llaman la atención de la clientela. Así, los costos de los productos fluctúan entre $1 y $2. (DB)
Publication: Diario Hoy - Economía
Provider: Diario Hoy
Date: August 20, 2007
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Hace 11 años
1 comentario:
disculpe como puedo contactar con los dueños de papas a lo bestia, mi correo es rubenchoss@hotmail.com
Gracias...
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