Variedad es el nuevo reto de Nayón

La trayectoria y calidad de plantas que se producen y venden en Nayón han posicionado al lugar como uno de los focos productivos más importantes de la ciudad de Quito. Sin embargo, el mercado demanda más variedad, de eso depende que se mantenga su liderazgo.

La predisposición del suelo y el clima ayudaron a que, con los años, la producción y venta de plantas sea la principal actividad económica de la zona. En la actualidad, el 80 por ciento de los pobladores de Nayón se dedica a este negocio.

La mayoría de comerciantes actúa como productores y vendedores finales, sólo un pequeño grupo actúa como intermediario.

Aunque no hay un estudio que revele cuánto capital mueve esta actividad, la permanencia y crecimiento de los viveros demuestra la rentabilidad del negocio. Según uno de los productores del lugar, las utilidades semanales de su negocio alcanzan aproximadamente los 250 dólares (en temporada), mientras que en épocas ordinarias fluctúan entre los 100 dólares.

El costo de las plantas varía de entre los 15 centavos hasta los 1.200 dólares, dependiendo de su variedad, calidad y si es importada o no. Por ejemplo, las margaritas cuestan 15 centavos, las rosas 80 centavos, las buganvillas cuatro dólares y la palma 1.200 dólares.

Hasta ahora el negocio ha ido viento en popa, al ser el único lugar de Quito dedicado a esta actividad, pero el riesgo de perder un segmento importante del mercado (constructoras) es latente.

La situación es que las constructoras, que representan el 50 por ciento de los compradores, quieren más variedad. Y es que, uno de los aspectos que diferencian y hacen más cotizados a los proyectos habitacionales son los jardines que éstos tengan.

Por esa razón, entre los principales pedidos de los arquitectos e ingenieros que acuden a Nayón es que fortalezcan la producción de plantas a través del uso de nuevas tecnologías.

“Sabemos que hay tecnología con la que se hacen nuevos híbridos, pero últimamente nos encontramos con las mismas e iguales plantas en todos los viveros. Los productores deberían trabajar en eso para que no pierdan el mercado”, señaló Carola Salvador, representante de una constructora.

Luis Tituaña, propietario del Vivero Serviplanta, aceptó que les hace falta variedad, pero argumentó que eso se debería a la falta de una organización gremial que facilite la importación de esas tecnologías.

El problema es que los productores de Nayón no tienen ninguna representación jurídica que respalde proyectos de financiamiento o investigación para producir híbridos. “Sería bueno conformar una asociación o federación, pero nadie ha tenido la iniciativa”, agregó Tituaña.

Si bien ahora hay ese riesgo, los productores de Nayón han sabido enfrentar los retos hasta ahora. Por ejemplo, la calidad de las plantas se debe a la estrategia de cultivar plantas en la Costa y en la Sierra.

Varios de los negociantes indicaron que poseen terrenos en Nayón y en varias zonas de la Costa, que las traen acá y las venden. También aclimatan las plantas para que no se marchiten.

Publication: Economic & Business Reports - The Ecuadorian Brief
Provider: Economic & Business Report
Date: April 14, 2008